Una escena: un hombre entrado en años se sube al pasamanos de una plaza de juegos. Con una habilidad física sorpresiva se pone a hacer piruetas en el barral, flexiones de brazos con gracia y destreza. La cara del hombre muestra el avance del tiempo; su performance artística se gana, cuando pone los pies en el arenero, la mirada y el aplauso de los niños que detienen sus juegos para acercarse a darle la mano, felicitarlo, tratar de imitarlo, expresar su admiración. El viejo acróbata se llama Julio Barriga, fue albañil y peón toda su vida, es un erudito en poesía, escribe versos, homenajea poetas locales, cita a Borges con insistencia, le roba a Pavese y es fanático de Amy Winehouse. Fanático en serio, fanático mal, fanático perfecto.
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