La última navidad de Julius de Edmundo Bejarano, gozoso retrato del poeta tarijeño (al menos actualmente, vivió incluso en Mendoza) Julio Barriga, filmado desde la inmediatez, la informalidad y la inteligencia. Barriga es un bohemio irredento, autor de un libro llamado El hombre que amaba a Amy Winehouse, escrito desde la libertad y el desparpajo y editado hace poco por la editorial El Cuervo, cuyo director Fernando Barrientos aparece en la película. (Un paréntesis: hace unos meses, Barrientos tuiteó que Tarija era un páramo cultural; se me ocurre que fue en ocasión de su viaje para participar en la película. Igual es un lugar que, sin conocerlo, me cae simpático: es relativamente bajo, allí hacen vino y vive Barriga). Volviendo a la película, el libro (en cuyo prólogo Barrientos presenta a al poeta) no me había preparado para la versión en vivo del personaje, de quien sabía de su vida precaria y su amor por el trago. Pero Barriga es un dandy, que a los sesenta años es capaz de treparse a los árboles, humillar a los adolescentes que hacen gimnasia en la plaza y pasearse por la ciudad con un andar de gentleman. Solo a un actor he visto caminar con semejante elegancia: el australiano David Gulpilil. La última navidad es otro de los buenos recuerdos del Bafici.
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