La gran estrella de la Competencia Latinoamericana fue La última navidad de Julius. Tras Atolondrado y Los lemmings contraatacan, Edmundo Bejerano escogió al singular Julio Barriga para protagonizar la tercera parte de su trilogía sobre poetas, que se distancia considerablemente de sus films precedentes. Si en los dos primeros Bejarano acompañaba a Washington Cucurto y Fabián Casas en un viaje que tenía como meta el reconocimiento del talento de éstos, en esta ocasión el sujeto de estudio y admiración del boliviano no emprende ninguna odisea fuera de su madriguera o alrededores, dado que el día a día de ‘Julius’, o el ‘Iggy Pop de Tarija’, ya es en sí una odisea. Bejerano convierte las divertidas y conmovedoras acciones de Julius –hacer flexiones en un parque infantil o escribir cartas de amor a su musa Amy Winehouse– en una epopeya sin pretensiones heroicas. La última navidad de Julius es una apología honesta del malditismo. Un excelente documental sobre las pautas de comportamiento del poeta-outsider.
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