Freitag, 2. Dezember 2016
Sonntag, 27. November 2016
Sonntag, 30. Oktober 2016
La belleza crotesca de La última Navidad de Julius
Publicado el 30/10/2016 - 03:55:50
Los “Manifiestos” del Festival de Ourense se abren con “La última navidad de Julius”, retrato de la vida al límite del poeta Julio Barriga y su fascinación por Amy Winehouse.
Endika Rey
La 21ª edición del Festival de Cine Internacional de Ourense asegura desde las páginas de su catálogo que “si un festival necesita explicarse a sí mismo, nunca podrá hacerlo mejor que a través de su programación. (…) El resto es literatura”. Según los organizadores, todo criterio de selección lleva oculto un “manifiesto”, y es por eso que decidieron bautizar una de las secciones paralelas del festival con ese término. Ayer fue el primer día de programación del certamen gallego (tras la inauguración del viernes con Santoalla) y “Manifestos” arrancó con la proyección del mediometraje La última navidad de Julius de Edmundo Bejarano, una aproximación al poeta Julio Barriga en su destartalada casa de Tarija, al sur de Bolivia. No se trata tanto de una biografía del personaje o un análisis de su trabajo como del escenario actual en que autor y obra conviven. Barriga se remite en varias ocasiones a la cámara (pide no ser grabado mientras fuma su “medicación”), y el director se pone al servició del protagonista, un exhibicionista. La cinta no hace alardes de puesta en escena –es casi hasta feísta–, con lo que el manifiesto, pues, pasa por dejar que el protagonista se muestre con total libertad de movimiento, y que, a su vez, el espectador pueda atisbarlo desde su discurso, sin un guía que subraye contundentemente los pasos a seguir en esa lectura.
El relato también está colmado de claves de interpretación. Una de ellas viene del propio poeta, que habla en un momento de una cinta experimental donde, durante noventa minutos, la cámara sigue al jugador de fútbol argentino “Lobo” Fischer en un partido “aburridísimo” (entran las dudas sobre si el poeta en realidad se refiere al Zidane de Douglas Gordon). De algún modo, La última navidad de Julius es eso: un acercamiento a una rutina donde no hay grandes goles, sino la huella de una multitud de jugadas pasadas. Otra de las claves vendría de la obsesión del poeta por Borges (también presente ayer en Ourense con la proyección de Invasión, coescrita por el argentino, en el Foco dedicado a Hugo Santiago), al que cita continuamente y al que también le atribuye declaraciones. Barriga no tiene reparos en inventarse la frase que más se acomode a su discurso ni en robar material de otros compañeros escritores. La poesía, parece decir, no son más que palabras que se refieren a otras palabras. Un ejercicio de invención continua donde la creación definitiva es la de la propia personalidad del poeta.
En esta primera parte del mediometraje, acompañamos a Barriga al cementerio donde habla de una de sus obsesiones: la muerte del escritor a través de sus versos (“has muerto tantas veces en la espera, fallido asesino de ti mismo…”). Inmediatamente después vemos cómo el anciano demuestra una inusitada energía y aptitudes físicas escalando árboles y haciendo ejercicios gimnásticos en el parque escapando así de su propia muerte anunciada. Barriga pasea, nos enseña los borradores de sus poesías y desnuda su torso, literal y figuradamente, ante la cámara de Bejarano. Sus afirmaciones son categóricas (e incluso contradictorias) y remiten en parte a Oleg Karavaychuk, ese otro artista inabarcable al que Andrés Duque se acercó en Oleg y las raras artes. Pero, a diferencia de aquella, aquí llega un momento en que la estructura del filme y del personaje se parte en dos de manera inesperada, en gran parte debido a la aparición de la musa. Julio Barriga comienza a hablar sobre Amy Winehouse (que, en el momento del rodaje, todavía estaba viva) y es ahí donde La última navidad de Julius marca una diferencia fundamental con otros documentales similares ya que la cantante se convertirá desde su primera aparición en el centro ausente de la película.
Según el poeta, “Amyta” es un ángel travestido con alas de murciélago. Es la imagen del diablo, la misma Lilith, una artista catártica y afónica que hace de la fragilidad su mayor fuerza. Barriga asegura que “Amy nos salva y redime destruyéndose. (…) Mi aspiración en la poesía es conseguir el oído perfecto y ella lo es en el canto”. De nuevo volvemos a Borges y a su oxímoron de la belleza como graciosa torpeza y, en ese sentido, Amy es para el boliviano la perfección en el desfallecimiento. Una vez Winehouse entra en plano, nunca vuelve a salir del mismo. La última navidad de Julius se convierte en una oda en la que el director dedica más de cinco minutos en plano fijo al poeta leyendo un texto loando a la cantante y describiendo todos aquellos conciertos en que la británica demostraba ese desfallecimiento donde el trago ya se le empezaba a salir por los ojos. Cuando Barriga, visiblemente afectado por las drogas, se pierde bailando la canción de su vida (“Back to black”) en una de sus fiestas, se abstrae de la cámara, se tapa los ojos con las manos y entra en un trance en el que asegura que “esto se llama sublimación, Dr. Freud”. La obsesión de Barriga por Winehouse no es tanto la de un fan como la de alguien que intuye en sus canciones el frágil equilibrio entre la vida y la muerte de la compositora y, por ende, del escritor como ente genérico. Poco antes, al visitar la tumba del también poeta Roberto Echazú, Barriga aseguraba que “puso todo su empeño e interés en morirse. La muerte del poeta era un ómnibus al que todos querían subirse”. De algún modo su fijación con Winehouse remite a lo mismo: a la anticipación y vaticinio del fin en los versos.
En este sentido, la película de Bejarano nos omite una secuencia que se antoja imprescindible. Las cartelas finales de la cinta hablan del momento en que Barriga se enteró de la muerte de la cantante y, destrozado, se introdujo en una espiral de autodestrucción a través de las drogas y la bebida siguiendo una de sus máximas que asegura que nunca los muertos estuvieron tan indóciles. Ese colofón, inexistente en imágenes, habría tal vez dotado de un cierre perfecto a una obra que hasta el momento no había dejado de hablar, tanto de manera explícita como entre líneas, de la muerte del poeta como potenciador del arte. En cualquier caso, La última navidad de Julius cuenta con un motivo final extremadamente potente: un póster de la cantante ocupa ahora una de las paredes de la casa de Barriga y él pone rosas ante el mismo, convirtiendo a Amy ya definitivamente en la santa que guiará sus últimos pasos en este mundo.
La casualidad ha querido que mientas escribía este texto en la terraza de un bar en mitad del centro de Ourense, ciudad donde todo el mundo es amable y las campanas de la catedral siempre repican al fondo, un poeta local, con ojos de no haber dormido, haya venido a declamarme una de sus poesías. Uno de sus versos aseguraba precisamente que “cuando piensas que ya sabes todo sobre el arte es cuando ya estás irremediablemente muerto”. No he podido resistirme a preguntarle qué opinaba sobre Winehouse como creadora, y ha insistido en que para la cantante, como para Allen Ginsberg, el gran tabú era la vida. “La droga no es para mirar al techo. Ellos, o Antonio Vega, son el ejemplo de la impotencia de la poesía respecto a la vida y de vivir respecto a la escritura”. No estoy del todo seguro del significado de sus palabras pero me ha parecido que, de algún modo, han funcionado como el epílogo perfecto para la cinta. Como si fuesen un añadido improvisado del “Manifiesto” del festival: parte de esa programación inesperada que no necesita explicarse a sí misma porque el hecho de estar ya es el de ser. Ha sido un instante bonito y, como decía Borges, “la belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”. El resto, supongo, es literatura.
La 21ª edición del Festival de Cine Internacional de Ourense asegura desde las páginas de su catálogo que “si un festival necesita explicarse a sí mismo, nunca podrá hacerlo mejor que a través de su programación. (…) El resto es literatura”. Según los organizadores, todo criterio de selección lleva oculto un “manifiesto”, y es por eso que decidieron bautizar una de las secciones paralelas del festival con ese término. Ayer fue el primer día de programación del certamen gallego (tras la inauguración del viernes con Santoalla) y “Manifestos” arrancó con la proyección del mediometraje La última navidad de Julius de Edmundo Bejarano, una aproximación al poeta Julio Barriga en su destartalada casa de Tarija, al sur de Bolivia. No se trata tanto de una biografía del personaje o un análisis de su trabajo como del escenario actual en que autor y obra conviven. Barriga se remite en varias ocasiones a la cámara (pide no ser grabado mientras fuma su “medicación”), y el director se pone al servició del protagonista, un exhibicionista. La cinta no hace alardes de puesta en escena –es casi hasta feísta–, con lo que el manifiesto, pues, pasa por dejar que el protagonista se muestre con total libertad de movimiento, y que, a su vez, el espectador pueda atisbarlo desde su discurso, sin un guía que subraye contundentemente los pasos a seguir en esa lectura.
El relato también está colmado de claves de interpretación. Una de ellas viene del propio poeta, que habla en un momento de una cinta experimental donde, durante noventa minutos, la cámara sigue al jugador de fútbol argentino “Lobo” Fischer en un partido “aburridísimo” (entran las dudas sobre si el poeta en realidad se refiere al Zidane de Douglas Gordon). De algún modo, La última navidad de Julius es eso: un acercamiento a una rutina donde no hay grandes goles, sino la huella de una multitud de jugadas pasadas. Otra de las claves vendría de la obsesión del poeta por Borges (también presente ayer en Ourense con la proyección de Invasión, coescrita por el argentino, en el Foco dedicado a Hugo Santiago), al que cita continuamente y al que también le atribuye declaraciones. Barriga no tiene reparos en inventarse la frase que más se acomode a su discurso ni en robar material de otros compañeros escritores. La poesía, parece decir, no son más que palabras que se refieren a otras palabras. Un ejercicio de invención continua donde la creación definitiva es la de la propia personalidad del poeta.
En esta primera parte del mediometraje, acompañamos a Barriga al cementerio donde habla de una de sus obsesiones: la muerte del escritor a través de sus versos (“has muerto tantas veces en la espera, fallido asesino de ti mismo…”). Inmediatamente después vemos cómo el anciano demuestra una inusitada energía y aptitudes físicas escalando árboles y haciendo ejercicios gimnásticos en el parque escapando así de su propia muerte anunciada. Barriga pasea, nos enseña los borradores de sus poesías y desnuda su torso, literal y figuradamente, ante la cámara de Bejarano. Sus afirmaciones son categóricas (e incluso contradictorias) y remiten en parte a Oleg Karavaychuk, ese otro artista inabarcable al que Andrés Duque se acercó en Oleg y las raras artes. Pero, a diferencia de aquella, aquí llega un momento en que la estructura del filme y del personaje se parte en dos de manera inesperada, en gran parte debido a la aparición de la musa. Julio Barriga comienza a hablar sobre Amy Winehouse (que, en el momento del rodaje, todavía estaba viva) y es ahí donde La última navidad de Julius marca una diferencia fundamental con otros documentales similares ya que la cantante se convertirá desde su primera aparición en el centro ausente de la película.
En este sentido, la película de Bejarano nos omite una secuencia que se antoja imprescindible. Las cartelas finales de la cinta hablan del momento en que Barriga se enteró de la muerte de la cantante y, destrozado, se introdujo en una espiral de autodestrucción a través de las drogas y la bebida siguiendo una de sus máximas que asegura que nunca los muertos estuvieron tan indóciles. Ese colofón, inexistente en imágenes, habría tal vez dotado de un cierre perfecto a una obra que hasta el momento no había dejado de hablar, tanto de manera explícita como entre líneas, de la muerte del poeta como potenciador del arte. En cualquier caso, La última navidad de Julius cuenta con un motivo final extremadamente potente: un póster de la cantante ocupa ahora una de las paredes de la casa de Barriga y él pone rosas ante el mismo, convirtiendo a Amy ya definitivamente en la santa que guiará sus últimos pasos en este mundo.
La casualidad ha querido que mientas escribía este texto en la terraza de un bar en mitad del centro de Ourense, ciudad donde todo el mundo es amable y las campanas de la catedral siempre repican al fondo, un poeta local, con ojos de no haber dormido, haya venido a declamarme una de sus poesías. Uno de sus versos aseguraba precisamente que “cuando piensas que ya sabes todo sobre el arte es cuando ya estás irremediablemente muerto”. No he podido resistirme a preguntarle qué opinaba sobre Winehouse como creadora, y ha insistido en que para la cantante, como para Allen Ginsberg, el gran tabú era la vida. “La droga no es para mirar al techo. Ellos, o Antonio Vega, son el ejemplo de la impotencia de la poesía respecto a la vida y de vivir respecto a la escritura”. No estoy del todo seguro del significado de sus palabras pero me ha parecido que, de algún modo, han funcionado como el epílogo perfecto para la cinta. Como si fuesen un añadido improvisado del “Manifiesto” del festival: parte de esa programación inesperada que no necesita explicarse a sí misma porque el hecho de estar ya es el de ser. Ha sido un instante bonito y, como decía Borges, “la belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”. El resto, supongo, es literatura.
Samstag, 29. Oktober 2016
Dienstag, 18. Oktober 2016
Julius en la Cinemateca de Uruguay
Buen día amigos, esta noche se proyectará el film sobre el poeta Julio Barriga : La útima Navidad de Julius en la Cinemateca de Uruguay.
Que tengan un lindo día.
Montag, 3. Oktober 2016
Freitag, 30. September 2016
Cosechar tempestades de Julio Barriga
Buenas noches, esta noche se presenta el libro Cosechar Tempestades del poeta Julio Barriga. En este libro se compila toda su obra poética.
Hoy 30 de Septiembre a las 18:00 en La Casa de la Cultura de Tarija.
Hoy que es viernes a la misma hora también se proyectará el film La última navidad de Julius sobre este personaje entrañable en el cine Cairo en la ciudad de Rosario / Santa Fe 1120
Que tengan una linda noche!
Hoy 30 de Septiembre a las 18:00 en La Casa de la Cultura de Tarija.
Hoy que es viernes a la misma hora también se proyectará el film La última navidad de Julius sobre este personaje entrañable en el cine Cairo en la ciudad de Rosario / Santa Fe 1120
Que tengan una linda noche!
Mittwoch, 21. September 2016
Samstag, 17. September 2016
Julius en la Feria del Libro de La Paz / Bolivia
Buenas noches, buenas noches a todos, esta noche se presenta el film sobre el poeta Julio Barriga en la Feria Internacional del libro, en La Paz, Bolivia , en el auditorio Illimani a las 20:00. En la Feria también esta el stand de nuestra hermana Editorial El Cuervo que comenzó su aventura editorial con cuaderno de sombras, un libro de poesía de Barriga. Y ahora editó la poesía reunida de Julius, este libro reúne 5 libros, su obra poética!
Buenas noches a todos.
Buenas noches a todos.
Julius en Mendoza
Hola amigos esta noche también se presenta la historia de amor del poeta Julio Barriga en Mendoza. #BaficiMza
Una ciudad en la que Julius con su loca, dura y agitada vida vivió unos años, como inmigrante boliviano. En casas ocupas con muebles de cartón. Allí trabajo de ayudante de albañil, de cosechador de olivas y ajos.
Aquí un poema de él que se refiere a la ciudad de Mendoza, Argentina.
Una ciudad en la que Julius con su loca, dura y agitada vida vivió unos años, como inmigrante boliviano. En casas ocupas con muebles de cartón. Allí trabajo de ayudante de albañil, de cosechador de olivas y ajos.
Aquí un poema de él que se refiere a la ciudad de Mendoza, Argentina.
Mentor soledad
Él que por lo menos posee un espejo
comprende cuanta compañía
puede hacer el propio rostro
y más cuanto más feo
El que por lo menos tiene una silla rota
o no la tiene y busca un ladrillo
empieza a pulir la cadena de la civilización
el riesgo de la soledad
dolerse de todo lo obrado
soledad que se resume en combate consigo mismo
y grillos taladrando la soledad, intermitentes
te dejas mimar por la soledad
la radio exhala pájaros y oleajes.
comprende cuanta compañía
puede hacer el propio rostro
y más cuanto más feo
El que por lo menos tiene una silla rota
o no la tiene y busca un ladrillo
empieza a pulir la cadena de la civilización
el riesgo de la soledad
dolerse de todo lo obrado
soledad que se resume en combate consigo mismo
y grillos taladrando la soledad, intermitentes
te dejas mimar por la soledad
la radio exhala pájaros y oleajes.
Donnerstag, 15. September 2016
Julius en La Paz Bolivia
Buenas noches amigas y amigos. Hoy se presentará La última navidad de Julius, una historia de amor del poeta punk Julio Barriga. Hoy Jueves 15 de Septiembre a las 21:30, con probabilidades de lluvia, de otoño. En la Cinemateca Boliviana, como parte de la programación del Festival de Cine Radical
Música de Shaman Herrera y El mató a un policía motorizadoCon Fabian Riera, Marco Montellano, Alfonso Hinojosa, Fernando Barrientos, la soledad del poeta, la lluvia y el amor por Amy Winehouse
Julius Radical
Luego de haber fijado su lente sobre figuras de halo marginal y transgresor en la literatura argentina —como Washington Cucurto y Fabián Casas—, el cineasta tarijeño Edmundo Bejarano vuelve a la patria, al terruño, para ocuparse del poeta chuquisaqueño, afincado en Tarija, Julio Barriga. La última navidad de Julius (2015) es el magistral retrato claroscuro de un vate. Es la acusada remarcación de contrastes en el cuerpo, la voz y la cotidianidad del escritor, el núcleo de una narración y una propuesta estética que conmueve e incomoda en proporciones similares.
Sus primeros minutos son memorables. Un anciano con el torso desnudo a contraluz (imagen recurrente en interiores), hueso y fibra, en una sobrecogedora comunión entre muerte y vitalidad. Un anciano calzándose un ‘disfraz’ de adolescente, incluidas una camisa colorinche, una mochila escolar y un sombrerito de explorador. Un anciano abandonando su encierro voluntario de luces mortecinas, de piso de tierra y moho, de paredes descascarando un celeste apagado, de libros, periódicos y trastos viejos, para entregarse a la tibia y bucólica luminosidad del valle tarijeño.
Ese vaivén entre un fuero interno, lúgubre y asfixiante, y un exterior siempre en movimiento, lleno de colores, pájaros cantando y música popular, es el reflejo del poeta que, negándose a abandonar la niñez, (sobre)vive atravesado por la muerte, esperándola y huyendo de ella en un juego desquiciado.
Pero este perfil de un genio desbordado —navegando entre citas inventadas, poemas robados y anécdotas imposibles, que sufre la partida del amigo más amado, Roberto Echazú, e idolatra a una derruida y hermosa Amy Winehouse— no es producto del azar. Se debe, en todo caso, a la afilada y paciente mirada de Bejarano, su capacidad de mantenerse por fuera, a pesar de la visible tensión que genera en su personaje ese ojo insomne y obstinado que se lanza sobre él.
De la misma manera, en exteriores, Tarija y sus paisajes son el mejor telón de fondo para la otra cara de Julius. La del niño que, a paso acelerado, parece huir de su destino: inquieto, trepando árboles o postes, girando increíblemente en las paralelas de un parque infantil, contando historias imposibles, sonriendo traviesamente, haciendo gala de un humor sencillo, pero agudo.
Esta película no es una intentona hagiográfica. Sino no se explicarían la lectura de poemas francamente desechables o la intromisión de la cámara en momentos triviales y que claramente incomodan a Barriga, porque lo muestran fuera del personaje que él ha creado de sí mismo. El director no le ofrece ninguna concesión. Acaso sea ese el motivo por el que Julius se niegue a ver el documental.
Hacia el final suena una canción de Él mató un policía motorizado. “Noche de los muertos...” y Barriga roba flores para Santa Amy. La muerte regresa al poeta (o viceversa): esta vez en una forma sublime y que, inexplicablemente, podría hacer de sus días y sus tormentos algo más llevadero.
Donnerstag, 5. Mai 2016
La estrella de la Competencia Latinoamericana fue La última navidad de Julius
La gran estrella de la Competencia Latinoamericana fue La última navidad de Julius. Tras Atolondrado y Los lemmings contraatacan, Edmundo Bejerano escogió al singular Julio Barriga para protagonizar la tercera parte de su trilogía sobre poetas, que se distancia considerablemente de sus films precedentes. Si en los dos primeros Bejarano acompañaba a Washington Cucurto y Fabián Casas en un viaje que tenía como meta el reconocimiento del talento de éstos, en esta ocasión el sujeto de estudio y admiración del boliviano no emprende ninguna odisea fuera de su madriguera o alrededores, dado que el día a día de ‘Julius’, o el ‘Iggy Pop de Tarija’, ya es en sí una odisea. Bejerano convierte las divertidas y conmovedoras acciones de Julius –hacer flexiones en un parque infantil o escribir cartas de amor a su musa Amy Winehouse– en una epopeya sin pretensiones heroicas. La última navidad de Julius es una apología honesta del malditismo. Un excelente documental sobre las pautas de comportamiento del poeta-outsider.
Gozoso retrato del "EL hombre que amaba a Amy Winehouse"
La última navidad de Julius de Edmundo Bejarano, gozoso retrato del poeta tarijeño (al menos actualmente, vivió incluso en Mendoza) Julio Barriga, filmado desde la inmediatez, la informalidad y la inteligencia. Barriga es un bohemio irredento, autor de un libro llamado El hombre que amaba a Amy Winehouse, escrito desde la libertad y el desparpajo y editado hace poco por la editorial El Cuervo, cuyo director Fernando Barrientos aparece en la película. (Un paréntesis: hace unos meses, Barrientos tuiteó que Tarija era un páramo cultural; se me ocurre que fue en ocasión de su viaje para participar en la película. Igual es un lugar que, sin conocerlo, me cae simpático: es relativamente bajo, allí hacen vino y vive Barriga). Volviendo a la película, el libro (en cuyo prólogo Barrientos presenta a al poeta) no me había preparado para la versión en vivo del personaje, de quien sabía de su vida precaria y su amor por el trago. Pero Barriga es un dandy, que a los sesenta años es capaz de treparse a los árboles, humillar a los adolescentes que hacen gimnasia en la plaza y pasearse por la ciudad con un andar de gentleman. Solo a un actor he visto caminar con semejante elegancia: el australiano David Gulpilil. La última navidad es otro de los buenos recuerdos del Bafici.
Montag, 25. April 2016
Reseña sobre “La última navidad de Julius” de Edmundo Bejarano. Premio FIPRESCI y mención especial en la Competencia Latinoamericana del 18 BAFICI.
Una escena: un hombre entrado en años se sube al pasamanos de una plaza de juegos. Con una habilidad física sorpresiva se pone a hacer piruetas en el barral, flexiones de brazos con gracia y destreza. La cara del hombre muestra el avance del tiempo; su performance artística se gana, cuando pone los pies en el arenero, la mirada y el aplauso de los niños que detienen sus juegos para acercarse a darle la mano, felicitarlo, tratar de imitarlo, expresar su admiración. El viejo acróbata se llama Julio Barriga, fue albañil y peón toda su vida, es un erudito en poesía, escribe versos, homenajea poetas locales, cita a Borges con insistencia, le roba a Pavese y es fanático de Amy Winehouse. Fanático en serio, fanático mal, fanático perfecto.
Freitag, 22. April 2016
Donnerstag, 21. April 2016
Mittwoch, 20. April 2016
18º BAFICI Competencia Latinoamericana: La última navidad de Julius de Edmundo Bejarano
Si esta fuera una película de ficción, uno no creería que existan personajes como Julio Barriga, viviendo en Tarija, la séptima ciudad más importante de Bolivia. Y sin embargo se tiene la dicha de que el cineasta Edmundo Bejarano nos ofrezca una porción de su intimidad, no una biografía, sino varios momentos de una vida que se presupone rica en literatura, en cultura sin pomposidad.
Montag, 18. April 2016
"La última navidad de Julius", representa a Bolivia en el Bafici 2016
El cineasta boliviano Edmundo Bejarano habla sobre su película -que tiene como protagonista al poeta Julio Barriga - la cual es parte de la competencia oficial del Buenos Aires Festival de Cine Independiente en Argentina
Sonntag, 10. April 2016
"La última navidad de Julius" en el BAFICI 18
El cineasta Edmundo Bejarano captura un momento en la vida del poeta Julio Barriga, un personaje entrañable al que se aproxima ingresando a su casa y dejando que el propio autor lea sus poemas y relate su amor por Amy Winehouse.
La última navidad de Julius (Edmundo Bejarano, Bolivia)
Bejarano cierra su trilogía informal de retratos de escritores (los dos primeros, sobre Casas y Cucurto, se vieron en Mar del Plata) con una criatura insólita y hermosa, que pertenece tanto a la poesía como al punk rock y, ahora, al cine: hay que conocer a Julio Barriga, dueño de un bigotazo a lo Laiseca y un amor contagioso por Amy Winehouse.
Agustín Masaedo
Agustín Masaedo
"La última Navidad de Julius" es parte de la competencia latinoamericana en el BAFICI
Clic
Disfruté mucho esta película y me encantó el personaje.
Luis Ospina
Disfruté mucho esta película y me encantó el personaje.
Luis Ospina
Me gustó de corazón.
Lisando Alonso
Acabo de terminar de ver la peli de Julius. son las tres de la tarde de un sábado oscuro y frio en horla city. en el medio de la película me puse a llorar y el llanto me acompaño ya hasta el final. era como una llovizna baja. supongo que me impactó la hermosura de esa vida y la técnica tuntunesca con la que está capturada en la cámara. cuantos Barrigas hay en los sotanos de horla city!
Fabián Casas
Freitag, 5. Februar 2016
Poesía en Bartleby / Xberg
Leónidas de la Quadra
Cristina Busto
Alfredo Félix-Díaz
Juan Sáenz de Tejada Urruzola
Roberto Equisoain
Edmundo Bejarano
Cristian Forte
Cristina Busto
Alfredo Félix-Díaz
Juan Sáenz de Tejada Urruzola
Roberto Equisoain
Edmundo Bejarano
Cristian Forte
Sábado 6 de febrero a las 19:30
Bartleby & Co. Berlin
Boppstr. 2, 10967
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